Vínculos: amistades rotas

En el contexto de la amistad, el ghosteo puede resultar aún más doloroso que en las relaciones románticas porque toca fibras más íntimas y, en muchos casos, menos exploradas. Las amistades, especialmente aquellas cultivadas a lo largo de los años, forman parte de la identidad y el soporte emocional de las personas. Según la escritora Brené Brown, autora de Braving the Wilderness, la pertenencia y la conexión genuina con otros son elementos esenciales para el bienestar. La falta de reciprocidad o el abandono súbito en una amistad desafían estos principios y dejan un vacío emocional.

La periodista Luz Martí, en un artículo publicado por la revista Sophia, explica: “duelar una amistad es un proceso doloroso y poco reconocido. Al igual que en las relaciones de pareja, las amistades pueden ser espacios de profunda intimidad y conexión, y su pérdida genera un sentimiento de duelo que se manifiesta con síntomas similares a los de una separación amorosa: tristeza, confusión y una gran dificultad para comprender por qué la otra persona ha decidido alejarse”.

Enfrentar la pérdida de una amistad es una experiencia desorientadora que genera un duelo ambiguo. No hay una conclusión definida, ni razones claras, y la situación permanece envuelta en la confusión. Además, la sociedad no suele brindar un espacio para expresar este tipo de duelo ya que los rituales y apoyos están mayormente diseñados para las rupturas amorosas. 

En este sentido, la presentadora y humorista Dalia Gutmann en un artículo titulado “Tinder de amigas” publicado por el diario Clarín expresa: “Qué feo cuando querés ser amiga de alguien y la otra persona no. O peor: le das lo mismo. O peor: Casi que no te registra”.

Lo cierto es que esta falta de claridad crea un limbo emocional similar al que se experimenta en relaciones románticas. ¿Cómo saber si insistir o retirarse cuando no existe un marco claro para determinarlo? En el ámbito de la amistad, la incertidumbre de ser ignorada, como lo describe Gutmann, es un golpe silencioso a la autoestima.

Desajustes en la amistad
Las relaciones de amigos no correspondidas no siempre se manifiestan a través de un corte brusco de comunicación. A menudo se caracterizan por un desequilibrio constante en el esfuerzo por mantener el vínculo. Un artículo reciente del diario español El País titulado “A ver si quedamos y otros síntomas de que una amistad está acabada” menciona que “el cambio de prioridades, la asunción de nuevos roles y el desarrollo de la vida profesional a menudo hacen que los lazos afectivos se debiliten. Además, las redes sociales dan una falsa sensación de cercanía con viejos amigos a los que ya ni siquiera vemos. Este fenómeno se agrava cuando la otra persona responde de manera superficial a intentos genuinos de conexión. El malestar aparece cuando las expectativas no se corresponden con la realidad, generando un ciclo de frustración y decepción”.

Por su parte, el psicólogo y autor Eric Berne, conocido por su libro Games People Play, afirma que las relaciones interpersonales se construyen a partir de una serie de transacciones. En las amistades, estos intercambios son actos de reciprocidad donde ambos participantes buscan validarse, apoyarse y compartir mutuamente. Cuando uno de los dos no participa activamente en estas transacciones, surge un desbalance que, con el tiempo, resulta insostenible.

¿Por qué nos duele tanto?
El ghosteo de una amiga no solo representa la pérdida de un vínculo, sino también un golpe a la autoestima. La idea de que alguien a quien valoramos y con quien compartimos confidencias ya no siente la misma conexión despierta una forma particular de rechazo. Esta sensación de exclusión se explica en parte porque las amistades, al igual que las relaciones de pareja, crean un sistema de apego. Según John Bowlby, creador de la Teoría del Apego, los seres humanos buscan naturalmente crear lazos cercanos con aquellos a quienes consideran importantes para su vida. Cuando ese lazo se interrumpe de manera inesperada, se activa un sentimiento de vulnerabilidad que evoca la sensación de pérdida y abandono.

¿Cómo manejarlo?
Si bien no existe una receta universal para procesar el ghosteo en la amistad, existen algunos enfoques en la literatura psicológica de los cuales surgen estos consejos que ayudan a aliviar el impacto:

1. Aceptar la realidad del vínculo: entender que no todas las amistades están destinadas a ser recíprocas es el primer paso para sanar. Al igual que en las relaciones románticas, la reciprocidad no se puede forzar.

2. Poner en perspectiva: preguntarse honestamente si esta amistad sumaba más de lo que restaba. 

3. Cerrar el ciclo internamente: aunque la otra persona no ofrezca explicaciones, crear un cierre personal puede ayudar. Escribir una carta (que no necesariamente se debe enviar) o hablar con alguien de confianza permite expresar los sentimientos y encontrar cierta paz.

4. Aprender a redefinir las expectativas: entender que algunas personas solo están destinadas a quedarse en nuestras vidas por un tiempo limitado ayuda a soltar la necesidad de permanencia absoluta.

Amistades reseteadas
Con su sentido del humor característico, Dalia Gutmann contó en Clarín que recientemente se enteró de una aplicación que conecta a personas con intereses similares, organizando encuentros para que puedan conocerse. “Me gusta la idea, soy del team de las que les copa conocer gente nueva, estrenar amigas, hacer nuevas incorporaciones a la trama de mi vida, conocer sus historias de cero, sorprenderme con vidas que no conocía. Además, la amistad bien entendida, es más liviana: no exige fidelidad, ni siquiera tenés que hablar ni verte tan seguido con la otra persona. La amistad sólo pide tener ganas de compartir un poco con el otro”, manifestó.

Por otro lado, el diario El País resalta que para revivir una amistad, la clave radica en la autenticidad. La doctora Celia Incio del Río sugiere que, si hay un deseo genuino de recuperar el vínculo, no se debe esperar que la otra persona tome la iniciativa. Es fundamental tener conversaciones honestas sobre lo que esa amistad ha significado y cómo se desea que evolucione en el futuro. Aunque en la adultez esto pueda ser complicado, la reconstrucción de una relación amistosa es posible si ambas partes están dispuestas a hacer el esfuerzo necesario.

Esta perspectiva invita a reflexionar sobre la importancia de la autenticidad y la voluntad en las amistades, destacando que, aunque las conexiones puedan cambiar, siempre existe la oportunidad de renovarlas.