Más cirugías, más compromiso: cómo se reorganizó el sistema público frente a la demanda quirúrgica

Ante el aumento histórico de cirugías en los hospitales públicos porteños, los socios de la AAARBA fueron clave para sostener la cobertura anestésica y acompañar la respuesta del sistema con organización, compromiso y trabajo conjunto.

Notas18/06/2025 Lic. María Eugenia Piaggio
compromiso institucional

Durante 2024, el sistema de salud público de la Ciudad de Buenos Aires experimentó una sobrecarga histórica. El incremento en los costos de la salud privada, la pérdida de empleos formales y, en consecuencia, de cobertura social, empujaron a miles de personas —en su mayoría pertenecientes a los sectores medios— a migrar desde el sistema privado al público. Según datos oficiales relevados por el diario Clarín, los hospitales porteños realizaron más de 50.000 cirugías en 2024, lo que representa un aumento del 31% respecto al año anterior. El fenómeno no fue aislado: se dio en todos los niveles del sistema, desde las consultas ambulatorias hasta los quirófanos.

El Hospital Santojanni, por ejemplo, registró un incremento del 30% en la cantidad de operaciones. En tanto, el Hospital de Clínicas informó una suba del 25% al 30%, al punto de tener que establecer cupos en ciertos servicios debido a la presión sobre los recursos. A nivel general, se estima que entre el 60% y el 70% de quienes se atienden hoy en los hospitales públicos de la Ciudad no tienen ninguna cobertura médica, y que hay un 25% más de consultas respecto de 2024.

El Ministerio de Salud de la Ciudad implementó como respuesta el llamado Plan de Cirugías Programadas, que habilitó nuevas franjas horarias para operar (tardes, fines de semana y feriados), mejoró los sistemas de registro y derivación, incorporó equipamiento quirúrgico y puso en marcha concursos para cubrir vacantes. Esta planificación permitió realizar en algunos meses hasta 2000 cirugías más que en igual período de 2023, y redujo las suspensiones de intervenciones del 21% al 13%.

Un plan con medidas concretas

Entre las acciones implementadas, se destacan:

  • Creación de un tablero de control, alimentado por cada hospital de forma periódica para monitorear en tiempo real la producción quirúrgica.
  • Inclusión de 18 hospitales (14 generales y 4 especializados) en una primera etapa de seguimiento.
  • Revisión de causas de suspensión quirúrgica por hospital, con devoluciones específicas y acciones correctivas.
  • Implementación de cirugías vespertinas y los fines de semana, que representaron 4.100 operaciones adicionales en 12 hospitales.
  • Reasignación de pacientes a hospitales con menor demanda en cada especialidad.
  • Concursos para cubrir vacantes en anestesiología.

Estas medidas permitieron aumentar el volumen total de operaciones sin incrementar proporcionalmente el recurso humano, y además acortar los tiempos de espera de los pacientes. En paralelo, se reorganizó el funcionamiento de los quirófanos, se corrigieron fallas estructurales y se reforzó la planificación hospitalaria.

El año 2024 en cifras

Los datos comparativos muestran el impacto concreto del plan:

  • En el último trimestre de 2024 se realizaron 4459 cirugías más que en igual período de 2023.
  • Octubre de 2024 tuvo un aumento del 54,6% respecto a octubre de 2023 (de 3388 a 5240 cirugías).
  • En noviembre el incremento fue del 34,8%, y en diciembre, del 42,6%.
  • En total, los 18 hospitales de referencia registraron una mejora sostenida en la producción mensual a lo largo de todo el año.

En el primer trimestre de 2025, los resultados siguen en ascenso:

  • 14445 cirugías fueron realizadas entre enero y marzo, contra 10017 en el mismo trimestre de 2024.
  • El aumento fue del 44,2%.
  • Enero de 2025 tuvo un salto del 69%, febrero un 49%, y marzo un 20% respecto al año anterior.
  • El compromiso anestesiológico: pilar del sistema

A pesar del fuerte aumento de la actividad quirúrgica, la dotación de anestesiólogos en el Compromiso Institucional con el sistema público se mantuvo prácticamente sin variaciones

anest cp

Con el mismo número de profesionales y cantidad de guardias y plantas que en 2023, se logró sostener —y acompañar— una expansión histórica de la producción quirúrgica. Esto fue posible gracias al trabajo conjunto entre la AAARBA y las autoridades del sistema de salud, quienes coordinaron de manera operativa la redistribución de los profesionales y garantizaron la cobertura quirúrgica, incluso en los nuevos turnos vespertinos y fines de semana.

grafico

Toda cirugía segura comienza con un anestesiólogo

Este crecimiento en la producción quirúrgica no habría sido posible sin el compromiso activo de los equipos que sostienen la actividad en los quirófanos. Entre ellos, los anestesiólogos desempeñaron un rol central. La AAARBA fue un pilar fundamental en esta respuesta del sistema público, reorganizando sus profesionales para cubrir quirófanos adicionales y sostener la calidad de atención en un contexto de alta demanda.

El Dr. Nicolás Sergi, Secretario de Recursos al Servicio de la Comunidad de la AAARBA lo explica.

-¿Se sintió en la demanda de anestesiólogos el incremento que informa Clarín?

-Sí. El aumento del 31% en la cantidad de cirugías programadas extendió  la demanda de anestesias habituales y en otros tipos de prestaciones (ambulatorias, procedimientos intervencionistas, etc.), lo que obligó a reorganizar profesionales y ampliar la capacidad de cobertura para garantizar la continuidad del servicio sin afectar la calidad.

 -¿Cómo resolvió la AAARBA este incremento en la demanda?

-Mediante el fortalecimiento de su Compromiso Institucional con el sistema público de salud. Se reforzaron los turnos vespertinos, se amplió la presencia en quirófanos adicionales y se trabajó articuladamente con las jefaturas de servicio para reorganizar.

 -¿Cómo respondieron los socios ante este pedido?

-Positivamente, mostraron una fuerte disposición a sostener la cobertura, incluso cuando eso implicó extender sus horarios o asumir turnos adicionales. Muchos ofrecieron voluntariamente su disponibilidad para reforzar quirófanos en horarios vespertinos, con un fuerte compromiso en disminuir las listas quirúrgicas acumuladas. Varios socios incluso decidieron continuar con su Compromiso Institucional a pesar de haber cumplido los siete años establecidos, motivados por la responsabilidad colectiva y la necesidad de sostener al hospital público.

 -¿Qué importancia tiene el Compromiso Institucional para hacer frente a esta demanda?

- Gracias a este esquema desde hace más de 18 años se cubren todos los hospitales públicos de la Ciudad, independientemente de las fluctuaciones estacionales, crisis coyunturales o políticas sanitarias cambiantes. Este sistema implica, además, el compromiso concreto de los socios con la AAARBA, a la que sienten como su Casa, y con los hospitales públicos donde se formaron y ejercen su labor. Esta identificación fortalece el sentido de responsabilidad colectiva y sostiene una presencia activa y continua en el sistema público. La anestesiología es una especialidad crítica que requiere compromiso sostenido para garantizar la accesibilidad, la seguridad y la calidad de la atención quirúrgica.

 -Más allá de la cantidad de casos que han aumentado, ¿se ve alguna diferencia en lo cualitativo, es decir, en la complejidad de las enfermedades o en el estado general de los pacientes que llegan a operarse?

-Sí, además del aumento en el volumen de cirugías, se ha observado un cambio en el perfil de los pacientes. Muchos llegan con enfermedades más avanzadas, mayor deterioro general y múltiples comorbilidades. Los pacientes se complejizan porque no quieren faltar al trabajo y demoran en hacer las consultas.  

 -¿Cómo se refleja en situaciones como estas la formación de los anestesiólogos?

-Demuestran de forma contundente la solidez y excelencia de nuestro sistema de formación. La carrera de médico especialista en anestesiología, dictada por la AAARBA en el CIFA, otorga un título universitario expedido por la Universidad de Buenos Aires, con un programa académico integral que aborda en profundidad todos los aspectos de la especialidad.

Esta formación combina la práctica intensiva en hospitales públicos con una sólida base teórica y una fuerte incorporación de la simulación clínica, herramienta clave para preparar a los residentes ante situaciones complejas, infrecuentes o de riesgo elevado. Este modelo garantiza que los anestesiólogos egresados estén plenamente capacitados para responder ante escenarios de alta demanda, o manteniendo siempre los estándares de seguridad y calidad.

Responsabilidad en el quirófano

A través del Compromiso Institucional, los socios de la AAARBA sostienen día a día la realización de todo tipo de cirugías. Los testimonios del Dr. Federico Abrile, del Hospital Santojanni, y de la Dra. Carla Ronco, del Hospital Vélez Sarsfield, reflejan cómo se vive el trabajo en el sistema público desde la práctica diaria, destacando el compromiso profesional, la continuidad del cuidado y el valor formativo de su labor en los hospitales porteños.

Federico Abrile

Anestesiólogo del Hospital Santojanni – Compromiso institucional AAARBA

“Ser parte del sistema público es un acto de gratitud y de responsabilidad colectiva”

Mi experiencia en el sistema público ha sido y sigue siendo muy positiva. Me siento cómodo, motivado y orgulloso de poder contribuir desde mi rol al sostenimiento de la salud pública. Creo profundamente que este compromiso es un pilar esencial para cualquier anestesiólogo: retribuir al hospital público lo que nos brindó durante nuestra formación no es sólo justo, sino necesario. Además, garantizar que las guardias y los servicios estén cubiertos por profesionales capacitados, formados en nuestra institución, es una manera concreta de fortalecer la calidad desde adentro.

Más allá de las dificultades que enfrentamos siempre buscamos que los pacientes no se vean perjudicados. Esa voluntad de sostener el sistema, ese esfuerzo compartido, es lo que nos une como profesionales de la salud.

Desde lo técnico, mi labor impacta directamente en la calidad de atención. Me cercioro que cada procedimiento quirúrgico se realice de manera segura, controlando el dolor y priorizando el bienestar del paciente. Muchos llegan con cuadros complejos, incluso en etapas avanzadas, producto de las dificultades de acceso al sistema. Frente a eso, trabajamos de forma interdisciplinaria con cirujanos, enfermeros, instrumentadoras y médicos de guardia para brindar una atención integral, a pesar de los recursos limitados. Esa atención segura y empática es lo que permite que el sistema público ofrezca intervenciones efectivas y humanizadas.

Para mí, devolverle al sistema público lo que me dio es un acto de gratitud, pero también un compromiso ético. Me formé en una universidad pública gracias al esfuerzo colectivo de toda la sociedad, y siento la responsabilidad de poner ese conocimiento al servicio de quienes más lo necesitan. No se trata solo de ejercer la profesión, sino de hacerlo con conciencia social y sabiendo que podemos marcar una diferencia real en la vida de muchas personas.

Sí, noto claramente un aumento en la cantidad de pacientes que requieren cirugía, especialmente en la planta quirúrgica de mi hospital. También ha crecido la actividad en las cirugías de guardia. 

Esto generó nuevos desafíos: la programación quirúrgica se volvió más compleja, se priorizan los casos urgentes y se gestiona todo con un nivel de exigencia más alto. Sin embargo, también hubo una respuesta institucional: hemos recibido nuevo equipamiento —como máquinas de anestesia y monitores— que permite acompañar este crecimiento. La coordinación entre la AAARBA y la Municipalidad ha sido clave para sostener el funcionamiento, optimizar los tiempos y asegurar que ningún paciente quede sin su cirugía. 

Carla Ronco

Anestesióloga – Compromiso institucional AAARBA. Hospital Vélez Sarsfield. 

“Trabajar en el sistema público es una forma de sostener el entramado que nos formó”

Mi experiencia en el sistema público ha sido profundamente valiosa, aunque muy diversa. Cada hospital tiene su realidad: algunos cuentan con estructuras consolidadas y otros con recursos más limitados. En todos encontré equipos con enorme compromiso, aunque también desafíos que exigen creatividad, vocación y resiliencia.

Con el tiempo he notado mejoras concretas, tanto en la organización interna como en el acceso a equipamiento esencial. En varios casos, esos avances fueron posibles gracias al acompañamiento de nuestra Asociación, que respondió ante necesidades específicas. Participar activamente en ese proceso y ver que nuestro trabajo puede generar un impacto real, refuerza mi decisión de seguir aportando desde este lugar.

En cuanto al rol que cumplimos, creo que nuestra labor como anestesiólogos es esencial para brindar una atención de calidad a los pacientes que dependen exclusivamente del sistema público. Personalmente, me esfuerzo por tratar a cada paciente con el máximo nivel de compromiso. La exigencia como equipo es la misma: acompañar cada intervención con responsabilidad, humanidad y atención al detalle. También buscamos que cada persona se sienta cuidada y que su historia clínica sea considerada de manera integral. En definitiva, trabajamos para nivelar el acceso a la salud, y eso tiene un valor inmenso.

Para mí, la formación en el sistema público fue posible gracias al trabajo y la generosidad de muchos profesionales que dedicaron su tiempo y experiencia a formar a quienes veníamos detrás. Ese proceso no fue individual; fue parte de un sistema que se sostiene colectivamente. Hoy, al estar en el lugar de quien atiende y acompaña, siento que también estoy cumpliendo un rol dentro de ese mismo entramado. De alguna manera, poder aportar desde mi práctica es una forma de devolver aquello que recibí, y de ayudar a sostener un sistema que sigue formando nuevas generaciones.

En estos últimos meses, percibo un aumento sostenido en la cantidad de pacientes. Aunque no tengo datos precisos, las conversaciones con ellos reflejan una tendencia clara: muchas personas que antes se atendían en el sistema privado están recurriendo al hospital público, por razones económicas, laborales o por restricciones de cobertura. Es una transición que se siente cada vez con más fuerza.

Este cambio impacta directamente en nuestra práctica diaria. Las jornadas son más largas, hay más cirugías y mayor exigencia. No siempre los recursos crecen al mismo ritmo que la demanda, lo que genera un esfuerzo adicional. Sin embargo, cada vez que logramos resolver una situación, cada paciente que sale adelante, nos recuerda por qué estamos acá. Porque, a pesar del cansancio, lo que hacemos importa. Y mucho.

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